Aquellos años de varales, pantalón azul y camisa blanca, donde reinaba la anarquía bajo el paso y “picábamos” a la burra donde nos salía del alma (o donde decía el varal de los Vadillos) mientras, Pepe Jurado se desgañitaba intentando apaciguar al desbocado animal. Sabiamos que habiamos llegado a la Plaza Alta porque entre los respiraderos se colaba esa mezacla de aromas de azahar, incienso y patas de "purpo" que asaban en la esquina de galerías Villanueva. (Poco "sevillano" pero muy "especiá")
Era la procesión de los niños que chillaban y jaleaban con sus palmas, ahora todo es más serio la noche oscurece a la pollina y los niños salieron corriendo y ya no volvieron (apenas llegan a la docena) las danzarinas palmas se han convertido en serios cirios, y lo que es peor la burra está totalmente domesticada, ya no relincha ni se desboca.
¡Pero que buenas mañanas de Domingo de Ramos echamos aquellos años!!
P.D.- ¿Y aquellos "opípáros" almuerzos, apestando a sudor en Montes?? ¿Eh?